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Las fachadas, además
de caracterizar el
aspecto exte-
rior
del edificio
y
servir
de
envolvente
vertical
de los
recintos interiores, sirve en definitiva, como protección
frente
a
las
inclemencias
climatológicas
(lluvia,
nieve,
calor, frío, etc.) y otros agentes contra los que se ejecu-
tan las diferentes soluciones constructivas. Las fachadas
están expuestas directamente al frío en invierno y calor
en
verano, por lo que las pérdidas
de energía a través
de este cerramiento pueden llegar a ser de hasta el 25%
de la energía total
en la vivienda no aislada, por lo que
junto a cubiertas, resulta prioritario el aislamiento de las
mismas.
Q=U
D
T U=1/R R=e/
l
Q: cantidad de calor transferida (W/m
2
).
U: transmitancia térmica (W/m
2
·K).
D
T:
diferencia de temperaturas a cada lado del cerramiento (K).
R: resistencia térmica (m
2
·K/W).
e: espesor (m).
l
: conductividad térmica (W/m·K).
Para asegurar un buen aislamiento térmico de
la fachada, la resistencia térmica R, debe ser lo
mayor
posible, nos indica la capacidad
de un
material para evitar las transferencias de calor
que
lo atraviesan.
Este
concepto
también
es
aplicable
al
conjunto
de la
fachada.
Este
pa-
rámetro es el resultado del cociente entre el
espesor, e (m) y la conductividad,
l
(W/m
.
K).
•
Una fachada aislada le permite conservar el frescor en
verano y el calor
en invierno, evitándose el efecto de
“pared fría”.
•
La menor necesidad de energía en calefacción y refri-
geración del
edificio supone un ahorro
del 90% en la
factura energética y se reducen las emisiones de CO
2
hasta un 70%.
•
De valor añadido a su vivienda: con una fachada aisla-
da aumentará la eficiencia energética del edificio.
•
El
aislamiento
aporta
valor añadido
a
la
vivienda
ya
que alarga su vida útil y mejora las condiciones de vida
del usuario final. Valor que queda reflejado en la certi-
ficación energética del edificio.
•
Es posible
aislar la
fachada
por
el
exterior de forma
continua,
evitando
los
fenómenos
de
condensación
que provocan la aparición de humedades, a la vez que
se permite que el edificio “respire”.
•
Las fachadas ventiladas con aislamiento permite el flu-
jo de aire a través de la cámara proporcionando unas
excelentes prestaciones en aislamiento térmico.